Superhéroe vs Rey

Superhéroe vs Rey

En época de superhéroes todo era felicidad, nunca se había conocido una etapa tan buena en ese estado que todos conocen como el «dorado». El sol brillaba, los niños jugaban alegremente en la playa, los homosexuales vivían felizmente casados y libres y Stephen Curry se coronaba MVP por tener cara de niño y no barba de hombre.

Erigido en Oakland como el superhéroe de todos por batir récords, sin que todos hubieran pedido un superhéroe. Curry cada vez tiraba más tiros, metía más puntos, corría más rápido y saltaba más alto. Parecía que nadie podía parar su vuelo, pero hasta el cielo es territorio real y tarde o temprano hay que rendir cuentas a la autoridad. Pegado a la sombra de Stephen surgió la figura del incansable y súbdito monárquico Dellavedova, que se encargó de recordar a todo el mundo que el chico con nombre de especia era humano, y que sólo el rey tiene cualidades divinas. Delly corría más que Curry, saltaba más que Curry, luchaba más que Curry, encestaba delante de Curry y secaba a Curry. Pero había una cosa que el bueno del australiano no podía llegar a hacer, parar el ascenso de Curry.

Desde Oakland a Cleveland se extendió la leyenda del superhéroe con cara de niño. Y desde Oakland hasta Cleveland vieron como Dellavedova la desmentía, con el único poder del esfuerzo. Pero a los de California se les conoce como «Warriors» por algo, y Stephen decidió seguir su lucha ascendiendo hacia arriba para seguir brillando por encima de todos. Pero se olvidó que por encima de todos estaba el rey. Justo cuando iba a fusilar el aro por enésima vez apareció una mano enorme y negra que le puso otra vez los pies en la tierra. Era el Rey, era LeBron y nadie podía pararlo. Había venido a por lo que era suyo, la victoria. Y la agarró en la cara de Curry sin que nadie pudiera impedirlo. LeBron James es el rey y en su castillo volvió a demostrarlo.

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