La patata león come gamba, una obra maestra

La patata león come gamba, una obra maestra

Parecía un catorce de abril cualquiera, un simple aniversario de la proclamación de la Segunda República. Nadie se imaginaba siquiera lo que se avecinaba. Los acontecimientos sucedieron muy rápido, Pedro Sánchez se equivocó de botón, o eso dice, y apoyó la ley del aborto del PP y ya nadie se acordaba del aniversario. Pero a la gente no le importa la política si hay un Atleti – Real Madrid en la tele, así que todo el mundo hablaba de fútbol. ¿Y qué podía eclipsar un la conmemoración de un régimen político, un garrafal error del líder de la oposición y un derbi madrileño en cuartos de Champions? La respuesta hoy es obvia, pero ayer no se le hubiera ocurrido a nadie: una patata león come gamba.

Llevan años vendiéndonos la cocina moderna como si poner en un plato un dado de carne, una salsa de un color llamativo y unas flores fuera una comida exquisita y de alta calidad por ser estéticamente atractiva, cuando en realidad es una mierda. Incluso nos creímos que Ferran Adrià era un genio por pintar cuadros en platos y después preguntarse si es posible el talento sin pasión o de dónde vienen los tomates cherry.

El joven Alberto, concursante de la tercera edición de MasterChef, también tenía esa imagen de la nueva gastronomía. Encima si a eso le añades que al pobre le hicieron creer que era un león, cuando el chaval lo que más parecía era un gatito asustado, al final te sale la mayor genialidad en la historia de la cocina moderna, es decir, la mayor mierda. Pero una mierda que ya quisieran haber creado Joël Robuchon, Alain Chapel, Ferran Adrià o el propio engreído de Jordi Cruz, que por formar parte del jurado de MasterChef y tener un restaurante que cobra doscientos euros por servir una boñiga en un plato con dos briznas de hierba clavadas, cree que ha hecho el mayor descubrimiento en la cocina desde el fuego.

Cuando Alberto presentó ante el jurado su magistral obra, éste se lo tomó como una falta de respeto, como si no hubiese sido el mayor de los homenajes a su trabajo. Además observaron que la patata estaba cruda, como si la cocción de los alimentos importara más que la estética. El joven de dieciocho años fue expulsado en el acto, protagonizando la expulsión más fulminante y dura de todas las ediciones que lleva el programa. Al jurado sólo le faltó pegar al concursante. Alberto completamente roto y destrozado le contaba a la presentadora del programa, Eva González, su intención de dejar de cocinar y de no salir a la calle en dos meses tras la humillación sufrida. Además también confesaba haber perdido las ganas de declarar su amor a la persona . También dejó claro que tras su ridículo no se sentía merecedor de los electrodomésticos que le regalaba el programa. Espléndido drama del primer mundo.

Nadie se acordaba del derbi, nadie se acordaba de Pedro Sánchez y nadie se acordaba de la conmemoración de la república, solamente se hablaba de la patata león. Los modernos lo habían vuelto a hacer, habían vuelto a destrozar una vida. Esto pasa por seguir contando a la gente el discurso coelhista de que pueden llegar a ser cualquier cosa y que luchen por sus sueños, cuando la mayoría de las veces lo más probable es que no sirvan para ello. Eso sí, la patata león come gamba será recordada como una de las mayores genialidades en la historia de la televisión. Bueno a lo mejor no, pero en twitter nunca la olvidaremos. Bueno, a lo mejor esto tampoco, pero gracias por tanto, Alberto.