Pipas, pitos y Champions

Lo que debía ser un gran clásico de Champions ayer en el coliseo blanco, fue una noche digna de un Real Madrid-Getafe. La afición del Bernabéu rugió durante los primeros cinco minutos, que fue lo que tardó Di María en volver a sacar a el ángel con el que ha empezado la temporada. El argentino asistió a Cristiano para que éste dejara tumbado a Buffon con la facilidad con la que se tumba uno en el sofá al llegar a casa después de trabajar. A partir de ahí todo fue como siempre en la grada: pipas, pitos y aplausos.

Empató la Juve con gol de Llorente, y medio estadio dudó sobre si había que celebrarlo o no, mientras el otro medio se dedicaba a culpar del gol a Arbeloa, porque por ahí no andaba Mourinho que sino… A nadie se le ocurrió pensar que Casillas podría salir de debajo del larguero de vez en cuando, o intentar no rechazar el balón hacia el centro del área. Parecía que el estadio iba a empezar con sus pitadas, pero entonces Chiellini decidió solucionarle el partido a los blancos agarrando a Ramos dentro del área. Gol de Ronaldo y todos a sus pipas de nuevo.

En la segunda parte volvió a ser Chiellini el protagonista. Intentó parar a Cristiano en una carrera soltándole el brazo, lo que provocó su expulsión, que fue un tanto rigurosa. A partir de ahí el partido se murió y el Bernabéu se aburrió y la tomó con Benzema, pues el jugador francés no ayuda mucho con sus actuaciones a los que intentamos defenderle. El delantero acabó sustituido entre pitos y algunos aplausos. Minutos antes Llorente se había retirado del terreno de juego llevándose la ovación de la noche, cosa que da mucho que pensar. Fernando Llorente es ese antimadridista que celebró junto a Xavi Hernández la derrota del Real Madrid de Baloncesto contra el Barça en la final de la ACB. Más tarde llegaría la ovación a Pirlo, en reconocimiento un mega-crack del fútbol mundial. Muchos compararán su ovación con la de Llorente, pero siempre hubo clases y clases.

El partido llegaría al fin con el estadio pidiendo a su equipo que atacara. Este Real Madrid sigue sin jugar a nada y la segunda mitad de ayer fue horrible. Morata fue la única atracción, sin haber hecho nada ya se ha convertido en el ojito derecho de la afición blanca, lo que tiene ser canterano y español. Pleno de victorias para el Real Madrid en Champions, que se coloca virtualmente en octavos, pero queda mucho trabajo que hacer hasta Lisboa.

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